REVALORIZANDO COMUNIDADES Y TERRITORIOS

Turismo y Gestión Territorial en Centroamérica. Claros y oscuros de un proceso acelerado

15 de agosto de 2008

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Serie Aportes para el diálogo

Autora: Ileana Gómez

Parece evidente que el turismo ha llegado para quedarse en Centroamérica, estamos ante un fenómeno imparable que se mueve en una gama de claros y oscuros, ofrece oportunidades para la el desarrollo de los territorios rurales estimulando la diversificación de estrategias de vida, varias experiencias comunitarias son apoyadas a partir de proyectos desarrollados por ONGs con fondos de la cooperación internacional. Pero también representa amenazas debido a los impactos ambientales por el cambio de uso de suelo, además de conflictos de inseguridad en el acceso y tenencia de la tierra, que afecta sobre todo a la población más vulnerable como las comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes.

En diversos territorios de alto potencial turístico, organizaciones locales protagonizan movimientos de resistencia y oposición a megaproyectos de turismo y a la dinámica de desarrollo inmobiliario asociada a este. Este es el caso de las zonas costeras del Atlántico, como la Bahía de Tela en Honduras y Bocas del Toro en Panamá; también en la costa del Pacífico en Guanacaste, Costa Rica y Tola en Nicaragua; además de zonas vinculadas al Corredor Biológico Centroamericano como la selva maya en Petén.

El turismo no tiene que ser necesariamente sinónimo de conflicto y degradación socio ambiental. En la región diversas municipalidades, organizaciones comunitarias, pequeñas empresas y redes de turismo rural comunitario están marcando la pauta del desarrollo del turismo en forma descentralizada y participativa. Para que el turismo sea una actividad contenida en una estrategia de desarrollo territorial, hay que fortalecer las políticas y la institucionalidad oficial, más allá de las acciones de promoción, comercialización y desarrollo de destinos turísticos. Es preciso avanzar en la participación e inclusión de actores para la creación de un proyecto compartido de turismo, a partir del establecimiento de acuerdos, alianzas intersectoriales, además de la creación de instrumentos de planificación y ordenamiento territorial descentralizado.